
Hace 3 años hizo noticia encontrar, entre otros restos fósiles, un pliosaurio en el archipiélago de Sva
lbard, Noruega. Lo llamaron
el Monstruo, justificado mote por su longitud de 15 metros y su especie. A fines del año 2002, se encontró en México, al también llamado
Monstruo de Aramberri, (erróneamente identificado como un Liopleurodon ferox): ésta nueva especie resultó ser de mayor tamaño, con unos imponentes 19 metros de longitud.

Éste año dos pliosaurios más se agregan a la lista:
el monstruo de Dorset, cuyo sólo cráneo mide 2 metros de largo, y
el Depredador X (que no el
arma X) también del yacimiento de Svaldbard.
Como vemos, el denominador común es el gran tamaño, los grandes dientes, y el género: los pliosaurios.
¿Y en Perú? No nos quedamos atrás, pues también tenemos al menos un representante de esta familia de reptiles marinos mesozoicos.
En el Morro del Solar, en el distrito de Chorrillos, en Lima, se vivieron muchos acontecimientos históricos. Batallas se libraron y monumentos fueron construidos... pero un oscuro habitante de tiempos prehistóricos, yacía en su pétrea tumba en la formación de La Herradura.

De momento se le ha llamado
Gustavosaurio, en honor al ingeniero Gustavo Estremadoyro Robles, miembro de la APA (Asociación Peruana de astronomía), cuyos paleontólogos aficionados han descubierto los restos de este ejemplar que yo prefiero llamar
El monstruo del morro [1], encontrado en diciembre del año 2000. Consta de restos fragmentados y dispersos, pero los suficientes para determinar que pertenecían a algún tipo de reptil marino; si bien muchos se inclinan a decir que es un plesiosaurio, quizás lo más probable es que sea un pliosaurio, por la distribución geográfica de estos.
Sea como fuere, eso algo que no se puede aseverar tajantemente, y tendrá que esperar a futuras investigaciones.