Visto en el canal youtubero de Luis Alfonso Gámez, sobre una reciente alteración en la conducta alimenticia de los buitres leonados de Burgos, España. Yo creo que efectivamente eso puede explicar muchos ataques de chupacabras y esas misteriosas mutilaciones de reses que quitan el sueño a los ganaderos del hemisferio norte. Sobre el chupacabras, se me hace el más absurdo de los críptidos: ni dos testigos de la misma región concuerdan siquiera en un rasgo de su descripción. Vamos, que los hay para todos los gustos: el perro mutante, el insectoide, el gorgonópsido grácil, el cabenzocito con colmillos... ¿quién podría pensar que un bicho con descripciones tan disímiles pueda ser real?
Sólo a Iker Jiménez (¿caserito del blog?):
Como siempre, sponsorizando a Kawekaweau:
El Chupacabras by ~Kawekaweau on deviantART
PD: Esperemos que los gallinazos peruanos negros (los de la foto) no le entren a esta costumbre. Sino, Hitchcock se habría quedado cortísimo.
3 comentarios:
pues donde yo estudiaba alguna vez pillé a los gallianazos emboscando palomas y las abatían a patadas para que se cayeran de lo alto.
me gustó ese video de los buitres, peor qué otra cosa esperaban? tienen que comer
y de lo de Iker... humm...
Bueno eso no tiene nada de raro. Los vultúridos eventualmente atacan aves pequeñas y asaltan nidos cuando no encuentran carroña abundante. Lo raro es que vayan tras presas más grandes y, como dijera el ganadero español, que no huyan ante la presencia humana, como en otras ocasiones.
Lo de Iker, pues es sólo un perro sin dueño. ¿Te acuerdas de los cruces de coyote con lobo rojo que mencionaste una vez? Posiblemente sean esos. Pero para ellos les mola decir mejor que es el chupacabras "cánido".
Creo tienes razón en eso del cruce coyote/lobo aunque nunca haya visto al híbrido, esto bien podría serlo.
No estoy seguro si por la ciudad universitaria sanmarquina ustedes tengan gallinazos, en todo caso allá con tanto terreno abierto que tienen sería mas fácil verlo creo pues en mi caso el terreno era más cerrado, tupido y boscoso y a los gallinazos no les gustaba ir bajo el nivel de las copas a diferencia de las otras aves, pero al menos los gallinazos que vi de "no tan lejos" no parecían muy intimidados por presencia humana. Eso sí, antes de esto que te conté NUNCA les había visto atacando, sé que iban a comer quién sabe y qué sabe donde y luego más tarde regresaban a cabecear o webear mirando qué hacíamos pero por lo general respetaban a las otras aves e incluso comprobé que no les temían cuando los tenían cerca, en cambio bastaba que apareciera la sombra incluso de un pequeño cernícalo (ni qué decir de aves más grandes) para que uno viera las bandadas salir despavoridas rumbo a los árboles o los pabellones en el camino.
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