miércoles, 28 de enero de 2009

Guarda con los titulares

Nuevamente, parece que la ciencia y el periodismo se tiran tiestos. La una por la mala terminología y la otra por un uso, digámoslo, tendencioso de las palabras, son sendos ejemplos que los asuntos de divulgación científica hay que tomarlos con cuidado, sobre todo si los hacemos llegar al público.

Papá tuatara

En el zoológico de Southland, Nueva Zelanda, un humilde ejemplar de tuatara (sphenodon punctatus) llamado Henry, luego de haber superado exitosamente una intervención quirúrgica para extirparle tumores cancerígenos en sus órganos genitales a la que fue sometido el año pasado, acaba de ser padre de nada menos que 11 crías a sus 111 años, luego de eclosionar los huevos que pusiera la pareja que le dieron a efecto de hacerlo procrear.

Pero, ¿qué puede empañar la alegría de tan inocente noticia? La mala terminología.

Se habla comúnmente, sobre todo en los medios en español, de la tuatara como un fósil viviente. Es cierto que estos reptiles dan la impresión de haber pasado millones de años sin evolucionar, pero es que así son los organismos pancrónicos, aquellos que mantienen características morfológicas en general, muy parecidas a las que se registran durante largo tiempo geológico para especies reconocidas como cercanas al mismo en el registro fósil. Lo de fósil viviente suscita un fixismo que no puede ser más aparente, pues en el caso de la tuatara, es y no es, la misma cuyos parientes vivieron en el Triásico o la que se halla plasmada en los registros fósiles. Sostener lo contrario sería ser más yahyaísta que Yahya (uy), o en el mejor de los casos, sensacionalistas.

Aquel arbolito...

Ésto fue algo que levantó polvo en la blogósfera angloparlante. La reciente portada de New Scientist ostentaba el titular DARWIN WAS WRONG, añadiendo más abajito "Cutting down the tree of life"... A decir verdad el artículo en cuestión no pretendía deforestar esta conquista del conocimiento científico, sino enriquecerlo. Es que resulta que los científicos han perfeccionado el esquema del árbol evolutivo, concibiéndolo como un conjunto de ramas que eventualmente se pueden recombinar, es decir juntar nuevamente, en lugar del tradicional esquema del árbol cuays ramas solamente se bifurcan, que es como Darwin lo concebía [1]. Por lo tanto, no es que el sueño de Hovind y cía. se haya cumplido, naturalmente.

Pero ello sin embargo no ha impedido que la gringósfera reaccione: desde A blog around the clock Coturnix le dice ¿Qué se siente tomar una cucharada de tu propia medicina?, mientras que rebota a Sandwalk quien también le da su chiquita y nos trae este gráfico que ilustra mejor lo que digo y lo que la ligereza de Graham Lewton en New Scientist no supo transmitir [2].


¿Que nos ponemos quisquillosos? No precisamente: solamente llamar al pan, pan y al vino, vino.

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[1] A propósito de conexiones entre linajes evolutivos, ver: endosimbiosis, la transferencia genética horizontal e introgresión.

[2] ¿Será que el sensacionalismo empieza a cundir en publicaciones serias también?

2 comentarios:

Dinorider d'Andoandor dijo...

es newscientist, ¿te acuerdas? la del "eslabón perdido" (del post sobrelos pezanfibios que hice alguna vez)

a veces suelta de esas

Interludio. dijo...

Cielos, la palabra molesta "fosil viviente" es tan real como un billete de 3 dolares(:P