El primer elefante, era efectivamente un animal de modestas proporciones, según lo demuestra el reciente hallazgo de Eritherium azzozourum en Marruecos. Se trata de un primitivo proboscídeo de apenas 50 centímetros de largo, según se infiere de sus fragmentarios y escasos restos.

"El descubrimiento del Eritherium apoya la idea de una explosiva radiacion adaptativa en mamíferos placentarios mammals en ése periodo" apunta Emmanuel Gheerbrant del Museo Nacional Francés de Historia Natural en París.
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