jueves, 29 de octubre de 2009

El monstruo del morro y sus parientes famosos

Hace 3 años hizo noticia encontrar, entre otros restos fósiles, un pliosaurio en el archipiélago de Svalbard, Noruega. Lo llamaron el Monstruo, justificado mote por su longitud de 15 metros y su especie. A fines del año 2002, se encontró en México, al también llamado Monstruo de Aramberri, (erróneamente identificado como un Liopleurodon ferox): ésta nueva especie resultó ser de mayor tamaño, con unos imponentes 19 metros de longitud.

Éste año dos pliosaurios más se agregan a la lista: el monstruo de Dorset, cuyo sólo cráneo mide 2 metros de largo, y el Depredador X (que no el arma X) también del yacimiento de Svaldbard. Como vemos, el denominador común es el gran tamaño, los grandes dientes, y el género: los pliosaurios.

¿Y en Perú? No nos quedamos atrás, pues también tenemos al menos un representante de esta familia de reptiles marinos mesozoicos.

En el Morro del Solar, en el distrito de Chorrillos, en Lima, se vivieron muchos acontecimientos históricos. Batallas se libraron y monumentos fueron construidos... pero un oscuro habitante de tiempos prehistóricos, yacía en su pétrea tumba en la formación de La Herradura.

De momento se le ha llamado Gustavosaurio, en honor al ingeniero Gustavo Estremadoyro Robles, miembro de la APA (Asociación Peruana de astronomía), cuyos paleontólogos aficionados han descubierto los restos de este ejemplar que yo prefiero llamar El monstruo del morro [1], encontrado en diciembre del año 2000. Consta de restos fragmentados y dispersos, pero los suficientes para determinar que pertenecían a algún tipo de reptil marino; si bien muchos se inclinan a decir que es un plesiosaurio, quizás lo más probable es que sea un pliosaurio, por la distribución geográfica de estos.


Sea como fuere, eso algo que no se puede aseverar tajantemente, y tendrá que esperar a futuras investigaciones.


Más información, aquí.

---

Vídeo del documental de History Channel sobre el gran Depredador X



---


[1] En Perú la palabra "monstruo" tenía connotaciones macabras, pero es obvio que el significado que se le da en el post es muy distinto, y a tono con los parientes fósiles de Gustavosaurio.

domingo, 11 de octubre de 2009

Dibujosaurios, para la paleoblogósfera


Por razones obvias, elegí esta viñeta como muestra. Las comparaciones pueden ser odiosas, pero me hzio recordar este genial sitio web de Alberto Montt.
Hecho por el buen Juanjo Ramírez. No se olviden linkearlo.

Maotherium asiaticus, y el buen sentido del oído

No sólo Ardi nos muestra pistas sobre nuestro pasado. También los humildes mamíferos primigenios que difícilmente formarían parte de una exhibición de museo, aportan claves en el trazado de la historia evolutiva y el cómo nuestras estructuras han llegado a ser como son actualmente.

Es conocido que el oído mamífero se desarrolló a partir de los huesecillos articuladores de la mandíbula que poseían los reptiles (ver gráfico, cortesía de TalkOrigins.com) Los mamíferos son los únicos que poseen el maxilar inferior como una única pieza ósea (el dentario), sólo articulada en dos puntos a los costados del cráneo. Éstos huesecillos se fueron desplazando hacia su delicada posición dentro del oído, con lo cual contribuyeron a optimizarlo como órgano de audición: se van separando el oído medio de la mandíbula y se va perdiendo el cartílago Meckel, algo observable en las fases embrionarias. No es que los oídos reptilianos sean simples agujeros abiertos al costado de la cabeza, pero es evidente que esa cadena de huesecillos contribuye a aumentar la capacidad de percibir sonidos.
El descubrimiento de la semana lo trae Science: desde Liaoning, viene el Maotherium asiaticus, un pequeño mamífero emparentado con los marsupiales, que medía 15 centímetros de largo, pesaba entre 70 y 80 gramos y vivió en la época de los dinosaurios hace 123 millones de años. Aunque fue descubierto en el 2003, sólo un reciente estudio ha arrojado luz sobre su anatomía interna.
«Los mamíferos tienen oídos muy sensibles, su capacidad auditiva es mucho mejor que la de los demás vertebrados», dijo el paleontólogo Zhe-Xi Luo, del Museo Carnegie de Historia Natural, en la revista Science. Y en efecto, gracias a la complicada estructura del oído medio, los mamíferos son capaces de discernir una amplia gama de sonidos. Esta sensibilidad resultó fue una adaptación fundamental para sobrevivir a los peligrosos que los dinosaurios representaban para los mamíferos pequeños durante el Mesozoico.
En Maotherium tenemos que su oído medio, sigue unido al hueso de la mandíbula, aunque los ancestros de esta criatura ya mostraban dicha separación con el hueso. Se desprende de esto, que: o bien el oído medio ha evolucionado en múltiples ocasiones en los mamíferos, o bien las características ya adquiridas (como el oído medio), pueden invertirse hacia características y condiciones más primitivas con el paso del tiempo. Y es que el sentido de la evolución no es "ganar" o "perder" simplemente. Los cambios estructurales se pueden dar de la manera más curiosa que podamos imaginar. No siempre se tiene porqué seguir un camino lineal, que muchas veces está condicionado con la visión humana del "progreso".
---

Artículos en: